domingo, 29 de septiembre de 2019

Gastronomía en "Un Cuento de Navidad"


Comidas
Navideñas

Un repaso gastronómico
 a ese cuento navideño de fantasmas,
nacido de la magistral pluma
de Charles Dickens,
recitado por Tavo de Armas,
llamado


En la fiesta de Fezziwig:

Hubo más bailes, juegos de prendas, y más bailes. Y, entremedias, tartas de manzana, merengues con castañas glaseadas, olorosos pasteles de carne picada y especiada, ponches para todos los gustos (el de huevo recibió más elogios que ningún otro), espumosas cervezas, aromáticas piezas de carne horneada cuya guarnición estaba para chuparse los dedos, y frutas escarchadas que hicieron las delicias de los más golosos...


El Espíritu de la Navidad Presente:

Haciendo acopio de una audacia que jamás había atesorado, Scrooge se incorporó y se calzó las zapatillas, andando sigiloso hacia la puerta. En el mismo instante en que su convulsa mano se posó sobre la cerradura, una voz grave y colmada de majestad lo llamó por su nombre y le ordenó entrar, a lo que él obedeció sin rechistar. Indiscutiblemente, aquel era su salón, pero había sufrido una notable transformación. Donde antes había telarañas, abandono y vacío, la vegetación propia de un bosquecillo de yedra se había apropiado de techos y paredes, molduras y lámparas. Frescas y satinadas hojas de acebo acompañan al resplandeciente muérdago bruñido; éste, salpicado de diminutos racimos de rojas bayas, refleja las chispeantes llamas del generoso y dorado fuego que alimenta el hogar, rugiente como nunca lo había estado en los inviernos pasados...
Por el suelo, en armónico desorden, se amontonan en forma de trono los manjares más apetitosos que, gozando de buen paladar, puedas desear: bandejas con pavos, ocas, lechones y salchichas, fragantes pasteles de carne y pudines de ciruela. Aquí y allá, doradas fuentes repletas de castañas asadas, peras y uvas, roscones de Reyes, tartas de galleta y café, así como enormes poncheras que bañaron toda la estancia con sus seductores aromas...
La vista de Scrooge se recreó en semejantes delicias, advirtiendo que sobre ellas, cómodamente sentado en un magnífico trono de brillante madera, se hallaba un jubiloso y barbado gigante de magnífico porte. Su cabeza, colmada de extensos rizos castaños que caían en libertad, estaba adornada por una corona de acebo y carámbanos.

En las calles:

Afuera reina el tumulto típico de las fiestas, donde los peatones se arremolinan con sus cestas de mimbre allá donde hay un frutero ofreciendo su mejor género, cautivadoramente apilado en pirámides...
 Jugosas peras, carnosos higos, rubios limones, ciruelas francesas, naranjas azafranadas y apetitosas manzanas rubíes; sin olvidar gloriosos cestos de nueces, avellanas, blancas almendras y castañas. Abultados racimos de uvas, negras y blancas, cuelgan como suculentos carámbanos junto a los escaparates cuidadosamente emperifollados para las fiestas... 
Regordetas cebollas españolas, de moreno rostro y gruesa cintura monacal, junto a la pila de la nuez moscada y los ramilletes de laurel y tomillo. Cada fruto de la tierra expuesto con mimo, emanando su característico y arrebatador perfume, rivalizando con el más próximo, aunque las ramas de canela se lleven la palma...
Las tiendas de comestibles se resisten a echar el cierre. Los esmerados dependientes se ciñeron sus delantales al despuntar el día, y aún se apuran en complacer a las buenas gentes y a las menos buenas, a las impacientes y a las maleducadas. Las sonrosadas y curiosas narices de los viandantes merodean las vitrinas, tratando de llevarse consigo un poco de sus nutritivas viandas. Los platillos de las balanzas danzan con las pesas, zapateando el mostrador de madera cargados de pescados dorados y plateados. Los diversos quesos se dividen en generosas cuñas mientras las pasas, ámbar y negras, ascienden en montañosa multitud (que algún niño picotea) hasta ponerse a la misma altura que la fragante cordillera del té, el café y las frutas escarchadas. Y el cortés tendero y sus diligentes empleados, con un humor envidiable, hacen puros malabares con los botes de conservas, botellas de vino y licor, que despachan a sus fieles y apresurados parroquianos.

1 comentario:

  1. https://lapiedradesisifo.com/2019/12/25/la-oscura-verdad-detras-de-las-navidades-dickensianas/

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